martes, 29 de septiembre de 2015

El síndrome de Diógenes sentimental

Se habla de síndrome de Diógenes cuando alguien empieza a acumular muchas cosas que no son útiles aunque tiene la necesidad de guardarlos, pues esto me ha hecho reflexionar y he llegado a la conclusión que también podemos padecer este problema con nuestros sentimientos. 


Básicamente esto se resume a todas las relaciones que vas teniendo y a esos sentimientos que no llegas a desprenderte de ellos. Cuando te separas de alguien (es el que te deja) puedes tomar varios caminos. 
Por un lado, te regodeas en tu miseria un tiempo hasta que empiezas a aceptar lo inevitable, aquí se produce el problema de Diógenes porque muchas veces no aceptamos con fueron la cosas en realidad, sino que sólo recordamos lo bueno y lo malo lo obviamos, cosa que nunca debemos hacer. No es bueno idealizar una relación que salió mal, pues por algo ha sido así.
Por otro lado, buscas irremediablemente a otro sustituto, sin pasar un periodo de luto para poder poner en orden tus ideas. Ahí la mezcla de sentimientos provoca un batiburrillo en el que ni tú mismo sabes al final lo que de verdad sientes.

Las personas somos muy dadas a no hablar de nuestros sentimientos, a dejar que las cosas sigan su curso, pero cuando llegamos a un conflicto no sabemos solucionarlos. Y esto se puede deber a que ni nosotros mismo sabemos lo que sentimos, vas acumulando sentimientos por cada persona especial que conoces, pero no sabemos gestionarlos ni eliminarlos. Tú puedes empezar con una persona, pero si todavía nos ha pasado tu periodo de luto, vas a formarte un cacao, pues vas a comparar los sentimientos que tenías por uno con el otro, te aferras a conseguir lo mismo que tenías. Y eso es imposible. 

Gestar los sentimientos es algo difícil de hacer, ya que muchas veces tenemos miedo al propio descubrimiento y si resulta que creías que te iba todo perfecto, pero te paras a pensar un minuto en lo que de verdad sientes y te das cuenta, de que es algo ficticio, que ya no sientes eso. Ese descubrimiento hace que todo cambie y tú no estás preparado para ello, ahí empieza el diogenismo. 

domingo, 27 de septiembre de 2015

Música


Y de repente se hizo el silencio en su cabeza mientras la música intentaba colarse en ella. No quería dejarse llevar, sólo para y pensar. Reflexionar si todo lo que le estaba ocurriendo era lo que quería, si con eso podría llegar a ser feliz. 

Las guitarras volvían a intentar meterse dentro de ella, un golpe de batería, un solo de percusión y ella seguía en ese limbo, ausente, melancólica...

Y vuelta a empezar. 

jueves, 24 de septiembre de 2015

Groupie

Érase una vez, una chica que decidió investigar a un grupo de música que le gustaba. Cual fue su sorpresa que se encontró con un facebook particular. Ella no creía que fuese de verdad, pero bueno, por probar no iba a perder nada. 

Como iba a ir a un concierto del grupo, decidió empezar pidiendo una canción, algo ingenuo y nada siniestro. Él le contestó que no, que esa canción no podía cantarla porque era de su época cantautor. Total que la chica decidió pedirle alguna púa, baqueta o accesorio que pudiese poner en su tablón de festivales; pero otra vez volvió a tener una respuesta negativa, aunque él le ofrecía dos besos si se encontraba, como un buen príncipe azul, ella claro está no quería nada de eso, por lo que lo dejó estar. 

Pasaron los días y llegó el concierto. En él, tuvo risas, bailes, encuentros con gente que no veía desde hace mil años, e incluso intentó coger una baqueta poniéndose en primera fila a codazos, pero nada, no consiguió sus propósito, así que se olvidó del tema. 

Cuando terminó el concierto, sus amigas y ella decidieron dar un paseo por el Centro de su reino, Y allí en una discoteca de nombre Púrpura, se encontró al "príncipe" rockero. Lo mejor es que como siempre le pasa, al principio no le reconoció, es más, él fue quien la saludó. Empezaron a hablar de temas triviales, hasta que viendo el percal, ella le soltó un "Mira, que yo no soy una groupie", él le miró con cara extrañada y le dijo "¡Cómo que no!", a lo que ella se echó a reír a la vez que movía su cabeza negativamente. Él se dio la vuelta y se fue. Así sin más.

La chica se quedó desconcertada, sus amigos le dijeron que porque no le había pedido una foto, a lo que ella les contestó "Claro, se acaba de ir porque le he dicho que no soy una groupie, que va a querer hacerse una foto".

Ese día llegó a la conclusión que por mucho que quisiese nunca podría llegar a ser una groupie, acostarse con alguien al que no conoce y que encima se olvidará de tí en un segundo, no iba con ella. 

Moraleja del cuento, mejor tener los pies en el suelo que ir danzando entre brazos de rockeros. 

martes, 22 de septiembre de 2015

El fin del Verano

Ya se está acabando el Verano y con ello una era (más exagerada), pero sí que es verdad que este Verano ha sido de todo menos repetitivo, aburrido o monótono. 

Todo empezaba un 24 de Junio, en un San Juan en el cual por primera vez podía ir a la playa a celebrarlo. Nunca lo había hecho y aunque había opiniones divididas, decidí ir. Y no me arrepiento de nada. Ahí conocí a un viejo amigo llamado Almirante que me acompañaría en las juergas de todo este tiempo e intimé con unos compinches que harían de este Verano otra cosa. 

Después como si fuera un juego de mesa, tiramos y nos encontramos en la feria de Alhaurín, mucha guasa con pelea a lo "Jersey Shore" incluida. Seguimos navegando por mis pensamientos y llegamos a Julio, donde primero fui a un festival. Seguramente será el único que viva con prensa y he llegado a la conclusión que las zonas VIPs no son para mí, ver a grupos que me encantan y comenzar nuevas aventuras sería un buen resumen. Un poco más adelante tuve mi viaje a Galicia, donde vi a mis queridos amigos gallegos y me demostraron que en el Norte también tienen mucha diversión, además de ayudar a un gran amigo. 
Ese mes estuvo salpicado por las idas y venidas de amigos, sobrino, hermano...

 En Agosto me planté en Menorca para poder seguir cogiendo color, a la vez que le enseñaba a mi sobrino que pintarse las uñas molaba mucho. Inmediatamente después vino la Feria de Málaga (en mayúscula) porque vaya feria la de este año. Muchas risas, bebida, bailes, conversaciones estúpidas, encuentros inesperados, comida basura, buses que se van sin tí, horas esperando para poder volver a tu casa y un sinfín de recuerdos que se quedarán en mi memoria. 
Con la resaca de la feria puse rumbo al País Vasco, si, del Norte ha ido este Verano. Un total descubrimiento, pues nunca me había dado por ir por esos lares. Mi paraíso de comida (allí era la que menos comía). Toda una aventura que me gustaría repetir más bien pronto que tarde y si es con nieve, mejor que mejor.

Y comenzó el mes de Septiembre, con un festival que da el cierre de MI Verano, un festival al que tenía muchas ganas de ir con mi querida amiga, que el año pasado se puso mala y no pudo ir. Un resarcimiento que tuvimos este año por todo lo alto. 

En pocas palabras, ha sido un Verano de muchas, muchas risas, de cumpleaños piscineros, de fiestas gays, de cotilleos varios, de porquerías por doquier, de bailes y locuras, de realitys, de conocer a nueva gente, de reconectar con viejos amigos, de descubrir nuevas personas, de cambios de looks, de buena música, de cervezas, de borracheras varias, de.... de un sinfín de cosas.

Después de todo esto solo me queda decir, hasta pronto Verano, te echaré mucho de menos. Espero que el Invierno sea igual de bueno que tú.

lunes, 21 de septiembre de 2015

Sentidos



Coche, amigos, música, pendrive que no funciona, agua, maletas, calles, caminatas, piso, cervezas, tapas, autobús, pulseras, entrada, cacheo, cartel copia del Tivoli, música, grupos desconocidos que te envuelven, saltar, gritar, cerveza, cantar, bailar, emocionarte escuchando una de tus canciones preferidas, encontrarte con amigos, cerveza, aglomeración, descansar, volver a levantarte, fotos, polvo, zapatillas que te acompañan a todos los conciertos, sorpresas, saludar a desconocidos, recenas a las 6 de la mañana, dormir unas horas, más risas y cachondeo, pizzas medio hechas, cervezas, luces en la cabeza, quedarte sin voz, ir de un escenario al otro, volver a bailar, cantar, saltar, libertad, cerveza, sonreír, locuras, danzar por mitad de la calle, conversaciones en el autobús de vuelta sin sentido, alegría...


jueves, 17 de septiembre de 2015

Festival

Una de las modas que se ha impuesto en los últimos años es ir a un festival. Sobre todo de festivales donde lo que predomina es una música indie, que antes era escuchando por una minoría, de ahí su nombre ,pero que ahora se escucha por "borreguismo". 

Tengo que reconocer que yo era de las que escuchaba música en inglés y renegaba del indie en español, pero hace cuatros años me llevaron a mi primer festival y ahí cambió mi percepción. 

Los festivales traen consigo un mundo paralelo a la realidad, lo primero es que si al festival que vas tienes camping, es toda una experiencia. Por un lado tienes que acostumbrarte a dormir debajo de toldos que en vez de taparte del sol, crean un microclima de calor insoportable. Estuve en un festival en Portugal, y el camping estaba en un bosque por lo que eran los árboles los que hacían de toldo, una maravilla. Por otro, conoces a mucha gente de todos los rincones del mundo y además, no sé vosotros, pero a mí entran ganas de hablar con todo el mundo, haciendo amistades y eso.

Otra cosa buena, es que puedes hacer deporte, mientras te lo pasas bien escuchando música, a la par que engordas porque bebes ¡Es como un círculo vicioso! Lo más importante y por lo que los festivales se han puesto de moda, es que ves a un montón de grupos, que por separados te cuesta cada uno más caro que a todos a la vez juntos, es una buena opción para los jóvenes de ahora; pues sino sólo podríamos ir a un concierto al año. 

Mañana voy a mi último festival del verano y con eso digo adiós a un verano totalmente diferente a los que había tenido hasta ahora (pero mejor lo dejo para otra entrada). Espero que no me defraude porque aunque nunca se debe de ir con expectativas, siempre están ahí. 

¡La vida festivalera, la vida mejor! :D

martes, 15 de septiembre de 2015

Rebelarse

Volvió a releer el email,que con tanta condescendencia le habían escrito, como si fuera una niña pequeña que no entendiese nada. Mas coraje no le pudo dar y eso provocó que la mecha se encendiera, como si hubiese estado esperando su momento desde hace tiempo. 

Abrió su cuenta y dejó que sus dedos bailarán por el teclado, no podía parar y es que ella podía comprender todo, pero que le tomasen por tonta, pues va a ser que no. 


No había nada más que le repatease que un hobby que tenía, lo convirtieran en una obligación. La magia e ilusión que tiene el empezar algo nuevo, se diluye cuando ese algo pasa a ser una responsabilidad obligada a tener y sin poder disfrutarla. 

"Una pena" se dijo a sí misma "Pero ya llegarán aventuras mejores". 

domingo, 13 de septiembre de 2015

Las personas boomerangs


Una amiga sabia me dijo una vez "Yanira, no te preocupes. Siempre vuelven" y tenía razón. Además de que vuelven cuando un amigo llamado Murphy quiere que aparezcan. Sobre todo cuando tú ya estás conociendo a otra persona o cuando ya has pasado página, pero necesitan aparecer para abrir la caja de Pandora de nuevo. 

Lo mejor es la actitud de los retornados, siempre con un buenrrollismo que tira para atrás. Alagándote como si no hubiera pasado los días, semanas, meses o años; y con unas ganas de que caigas rendida a sus pies que huele desde la distancia. Normalmente, nunca se le hace caso a esa gente que vuelve a "re-aparecer", pues solo lo hacen porque en ese momento no tienen a nadie para que les suba el ego y necesitan un poco de marcha. Sólo unos pocos de verdad se arrepienten y vuelve para recuperar lo perdido porque lo quieren realmente.

No me gusta esa clase de gente, ni creo en ellos, porque si le hubiese interesado no habrían desaparecidos meses sin saber nada de ellos. Su técnica para hacerte creer que siempre han estado para tí, la típica frase de "no te he hablado, pero te he tenido siempre presente", ya claro... presente cuando se liaban, acostaban, dormían con otros. 

Después su método operandis es desaparecer igual de rápido de lo que han aparecido, si no consiguen lo que han venido a buscar. Si por desgracia del destino obtienen lo que andaban buscando hay dos posibilidades, o puede que estén contigo un tiempo o directamente salir corriendo sin miramientos.




viernes, 11 de septiembre de 2015

Re- aparecer

Volvió a su vida como un torbellino, queriendo poner patas arriba todo su mundo de nuevo. La cuestión era, que ya no quería que eso volviera a su suceder; pues ya había pasado página. Una página blanca en la que ningún manchurrón podía hacerle caer, él por supuesto no entendía nada. 



Desapareció igual de rápido que apareció.  


miércoles, 9 de septiembre de 2015

Etiquetas

¿Por qué la gente necesita poner etiquetas? Es una pregunta que nos hacemos constantemente. Cuando alguien empieza a conocer a otro alguien, llega un punto en el que se tiene la famosa conversación ¿Qué somos?

Desde mis experiencia, nunca he hablado claramente sobre ese tema y al final ha habido conflictos por todos lados, resulta que si no lo habláis puede llegar a ocurrir que tú vayas por un camino y la otra persona por una carretera. 

A mucha gente no le gusta poner etiquetas y la verdad es que a mí tampoco, pero sí que me gusta la claridad. Me gusta saber si pasado un tiempo tengo algo con alguien o simplemente seguimos conociéndonos, porque son dos cuestiones totalmente diferente. 

Tuve hace poco una conversación con un amigo, él me daba su versión de que poner etiquetas no le gustaba, pero tal como me lo explicaba, veía que en verdad si que tenía algo aunque él no quisiera ponerle nombre ¿Por qué tanto miedo a llamar las cosas por su nombre? Y hay entra en juego de nuevo la claridad. 

También me he dado cuenta de que en muchas ocasiones cuando se saca el tema y ya por fin decidís que sois, todo empieza a ir cuesta abajo y hubiera sido mejor no mencionar el tema ni siquiera. Parece como que al ya ponerle nombre, uno de los dos se da cuenta de lo que realmente está viviendo, aunque haga exactamente lo mismo que hacía antes de ponerle una etiqueta. 

Nadie quiere poner etiquetas a nada, cosa que me parece muy lógica pero si que hay que tener claro que es lo que se tiene, porque sino ahí empezarán los problemas. 


lunes, 7 de septiembre de 2015

Extracto V

Todo el mundo quiere tener al lado a alguien que le acompañe y quién diga que no ¡Es mentira! Nadie quiere estar solo el resto de su vida por decisión propia, otra cosa es que en momentos
determinados de tu vida, no te apetezca tener compañía fija pero aún así buscas el calor de alguien.

Los seres humanos no están programados para estar solos, ni incluso una persona tan rara como Sheldon Cooper de Big Bang Theory está solo; y es que hay momentos determinados tanto buenos o malos que necesitas la ayuda o compañía de alguien. Por ejemplo un día en el que esté lloviendo como si no hubiera mañana y tenga que trasladar a mi perro al garaje, si estuviese con alguien pues no liaría la que lié. Claro que somos capaces de hacer cosas por nosotros mismos, pero siempre será mejor si lo haces acompañado.

Todo esto me lleva a la exclamación ¡Que lío de relaciones sentimentales! La verdad es que en mi corta experiencia  de 26 años, he llegado a la conclusión que sí que estaremos programados para estar en parejas, pero para relacionarnos como que no. Y es que cuando uno se cree que ha hecho las cosas como son, van y salen por otro lado, y así sucesivamente, hasta que al final te explota la cabeza y mueres (ya sé que es muy drástico pero vamos que es así).
Las mujeres estamos capacitadas para darle mil vueltas a todo lo que te digan, los hombres solo ven un camino, por lo que el choque de trenes será muy probable.

Mis amigos y yo le hemos dado siempre muchas vueltas a todo y la conclusión que he sacado de esas charlas y charlas es, haz siempre lo que te apetezca pues de algo bueno o malo se aprende y sino pues a tropezarse mil veces con la misma piedra.

sábado, 5 de septiembre de 2015

Nublado


Era un día nublado, de esos que te entran ganas de volver a meterte en la cama y no salir de ella hasta el día siguiente. Pero claro, cuando una quiere que eso ocurra, va a ser que pasa lo contrario. Ya llevaba dos horas despierta, dos horas donde la cosa más productiva que había hecho era prepararse un café, que encima ni le gustaba. 

Su día se veía igual de gris que el cielo que asomaba por la ventana, ni una mísera claridad que le iluminase su existencia. 

Cogió su ordenador y abrió su "Facebook", se puso a cotillear, pues para eso servía esa red social, para subir fotos, poner estados y así tus amigos podrán entretenerse un par de minutos e incluso horas. 
Buscó, buscó, buscó hasta que encontró algo jugoso, algo que hizo que su nublado interior se convirtiera en un sol brillante.

Esa noche todo iba a cambiar...

jueves, 3 de septiembre de 2015

Comida

"Gofres, papas, chuches, hamburguesas..." con ese pensamiento se levantó y es que su única obsesión era la comida basura ¿Por qué no existiría una máquina que inventase comida al instante sin tener uno que salir de casa? 


Traédle unas fresas de chuchería y le haríais la chica más feliz del mundo. 

martes, 1 de septiembre de 2015

La vida campestre

Ayer me di cuenta de que si tenía que vivir en el campo, podían pasar dos cosas, la primera era que muriese aplastada por los animales a los que no podría cuidar o la segunda, que me convirtiera en una chica amazona.

Después de intentar ayudar a una amiga a darle de comer a sus caballos, posiblemente ocurriría la primera, y es que no estoy hecha para el campo.Yo soy una chica "cosmopolitan" (sí, sí, como la bebida, así tal cual lo dije) de esas que viven en la ciudad, que tienen todo lo que necesitan para sobrevivir en un supermercado  y que si quiere aire libre pues se va a un campo o a un parque de vez en cuando pero no para vivir siempre. Y es que un campo necesita muchos cuidados, que si tienes que darle de comer a los animales que tengas, que si tienes que limpiar cuadras, establos... que si tienes que luchar contra mosquitos, moscas, salamanquesas y un largo etc de animales variopintos.

Otra cosa que también tengo clara, es que si me perdiese en una isla desierta nada más descubrirlo, me daría un infarto y así todos mis problemas estarían solucionados, aunque vete a saber si mi instinto de supervivencia le da por despertarse que eso nunca se sabe cuando va a salir a relucir.

Lo mejor es que yo una chica de ciudad, ayer por destino de la vida y por mi ceguera, no vi que había un pequeño ratón de campo en la piscina y me bañé tan tranquila, hasta que me dio por verlo mejor y ya no pude volver a meterme. Pero ahí está el primer paso.