Todo empezaba un 24 de Junio, en un San Juan en el cual por primera vez podía ir a la playa a celebrarlo. Nunca lo había hecho y aunque había opiniones divididas, decidí ir. Y no me arrepiento de nada. Ahí conocí a un viejo amigo llamado Almirante que me acompañaría en las juergas de todo este tiempo e intimé con unos compinches que harían de este Verano otra cosa.
Después como si fuera un juego de mesa, tiramos y nos encontramos en la feria de Alhaurín, mucha guasa con pelea a lo "Jersey Shore" incluida. Seguimos navegando por mis pensamientos y llegamos a Julio, donde primero fui a un festival. Seguramente será el único que viva con prensa y he llegado a la conclusión que las zonas VIPs no son para mí, ver a grupos que me encantan y comenzar nuevas aventuras sería un buen resumen. Un poco más adelante tuve mi viaje a Galicia, donde vi a mis queridos amigos gallegos y me demostraron que en el Norte también tienen mucha diversión, además de ayudar a un gran amigo.
Ese mes estuvo salpicado por las idas y venidas de amigos, sobrino, hermano...
En Agosto me planté en Menorca para poder seguir cogiendo color, a la vez que le enseñaba a mi sobrino que pintarse las uñas molaba mucho. Inmediatamente después vino la Feria de Málaga (en mayúscula) porque vaya feria la de este año. Muchas risas, bebida, bailes, conversaciones estúpidas, encuentros inesperados, comida basura, buses que se van sin tí, horas esperando para poder volver a tu casa y un sinfín de recuerdos que se quedarán en mi memoria.
Con la resaca de la feria puse rumbo al País Vasco, si, del Norte ha ido este Verano. Un total descubrimiento, pues nunca me había dado por ir por esos lares. Mi paraíso de comida (allí era la que menos comía). Toda una aventura que me gustaría repetir más bien pronto que tarde y si es con nieve, mejor que mejor.
Y comenzó el mes de Septiembre, con un festival que da el cierre de MI Verano, un festival al que tenía muchas ganas de ir con mi querida amiga, que el año pasado se puso mala y no pudo ir. Un resarcimiento que tuvimos este año por todo lo alto.
En pocas palabras, ha sido un Verano de muchas, muchas risas, de cumpleaños piscineros, de fiestas gays, de cotilleos varios, de porquerías por doquier, de bailes y locuras, de realitys, de conocer a nueva gente, de reconectar con viejos amigos, de descubrir nuevas personas, de cambios de looks, de buena música, de cervezas, de borracheras varias, de.... de un sinfín de cosas.
Después de todo esto solo me queda decir, hasta pronto Verano, te echaré mucho de menos. Espero que el Invierno sea igual de bueno que tú.
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