Su día se veía igual de gris que el cielo que asomaba por la ventana, ni una mísera claridad que le iluminase su existencia.
Cogió su ordenador y abrió su "Facebook", se puso a cotillear, pues para eso servía esa red social, para subir fotos, poner estados y así tus amigos podrán entretenerse un par de minutos e incluso horas.
Buscó, buscó, buscó hasta que encontró algo jugoso, algo que hizo que su nublado interior se convirtiera en un sol brillante.
Esa noche todo iba a cambiar...
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