sábado, 5 de septiembre de 2015

Nublado


Era un día nublado, de esos que te entran ganas de volver a meterte en la cama y no salir de ella hasta el día siguiente. Pero claro, cuando una quiere que eso ocurra, va a ser que pasa lo contrario. Ya llevaba dos horas despierta, dos horas donde la cosa más productiva que había hecho era prepararse un café, que encima ni le gustaba. 

Su día se veía igual de gris que el cielo que asomaba por la ventana, ni una mísera claridad que le iluminase su existencia. 

Cogió su ordenador y abrió su "Facebook", se puso a cotillear, pues para eso servía esa red social, para subir fotos, poner estados y así tus amigos podrán entretenerse un par de minutos e incluso horas. 
Buscó, buscó, buscó hasta que encontró algo jugoso, algo que hizo que su nublado interior se convirtiera en un sol brillante.

Esa noche todo iba a cambiar...

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