Tu paraguas es tu paraguas, es decir ese paraguas al que estás acostumbrado a entrar tú solo. Un paraguas que te protegía de la lluvia, pero que si había viento ya la cosa se complicaba, pues podía darse la vuelta. Aunque normalmente con la ayuda de otro "tú" volvías a ponerlo como al principio.
Cuando pasa el tiempo ese paraguas pequeño se transforma en un paraguas donde caben dos, donde seguramente algunas veces volverás a mojarte o volverás a un pequeño paraguas, pero mientras tanto puedes ir disfrutando de tu nuevo paraguas, sin pensar en nada más.
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