Palabras que no salen de la boca y que intentas por todos los medios expresarlos por medio de tu cuerpo. Todo el mundo odia las despedidas, pero ellos más que nadie, pues, siempre les estaba acompañando desde el comienzo.
Despedidas con lágrimas contenidas que no podían desbordarse ya que no era una despedida triste, era un hasta pronto singular. Idas y venidas, la rutina buscaba su lugar entre los dos pero ellos no le dejaban pasar.
Vuelta al abrazo interminable, pues cuando se despeguen tendrán que dejarse marchar.
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