Se sentía incomprendida y por mucho que quisiera explicarse, nadie le prestaba atención. Se tendría que conformar como siempre y tragarse sus sentimientos mientras ponía buena cara, aunque esta vez no le apetecía en absoluto. Esta vez, quería gritar a los cuatro viento lo que le ocurría, para así poder desahogarse de una vez por todas.
Pues si,hay momentos en los que nos gustaría poder gritar a los cuatro vientos un par de voces para desahogar todo lo que llevamos dentro ...
ResponderEliminarPues sí :D
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