Estaba claro, no creía en el amor "¿Para qué sufrir sin motivos?" pensaba siempre. Prefería estar sola antes que tener que pasar por lo mismo otra vez. Y es que después de varias relaciones fallidas, ya había decidido pasar página y vivir solo consigo misma...
Nada más que tomó esa decisión, el Destino se puso en marcha. No podía ser, no podía dejar que otra persona dejase de creer, y más si ya había aceptado que podía estar bien sola.
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