Desvaneciéndose
Nadaba a contracorriente con todas sus fuerzas, primero el brazo derecho, después el izquierdo. De repente, un golpe en el pecho le sacudió sin previo aviso quedándose sin respiración, mientras intentaba entender que pasaba sin esperarlo una convulsión detrás de otra.
En un instante vio como su alma iba desvaneciéndose poco a poco y como su cuerpo empezaba a caer sin que ella pudiese hacer nada para remediarlo.
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