La gente opina sin saber y lo más gracioso es que opinan para luego no hacer nada, es decir recriminan una cosa cuando lo único que hacen es quejarse en las redes sociales y luego no actúan. Que no estoy diciendo que se vayan de voluntarios a lo loco, pero un mínimo de consideración.
Después están los que se creen que se saben de política exterior y que deberían de cerrar las fronteras a todos dios, unos genios esos personajes. Hay que cuestionarse que si matan a gente de sus propias ciudades, no iban a quedarse con los brazos cruzados y no van a tocar a países del primer mundo.
Y lo más gracioso son los de las banderitas del Facebook, no he visto cosa más inútil, donad dinero para las asociaciones que ayudan a los refugiados, creo que eso ayudará más que ponerse una banderita en tu foto de perfil. Hipocresía pura y dura. He leído un estado de un hombre que pregunta a Facebook por qué no puede ponerse una banderita en su foto de perfil del Líbano, a la espera de la respuesta estamos.
La doble moral que tiene está sociedad, la cual si eres de un país del primer mundo todo el mundo te hace caso, si eres de tercera o cuarta división, te dejan a tu suerte. Y lo más gracioso de todo es que todos somos iguales aunque por azar nos haya tocado vivir en países diferentes.
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