El ruido de la música intentaba absorverla pero ella era incapaz de desconectar. Allí estaba, plantada en mitad de una multitud euforica mientras sentía que su vida se le escapa de las manos.
Nadie le hacía caso, nadie le pedíaperdón cuando le pisaban, nadie, nadie, nadie... Era invisible a los ojos de la gente o eso creía hasta que levantó la mirada y vio unos ojos observandola.
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