Miraba los dedos entrecruzados, ese simple gesto le revolvió el estómago. Hacía mucho tiempo que no compartía un gesto tan íntimo con alguien. Un breve roce de sus labios le hizo sonreír. Caricias, deseos, sentimientos flotaban en el aire. Sus dedos se separaron al igual que sus corazones.
Que bonito,¡Me encanta!
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