Las gotas resbalan por el cristal una y otra vez. Pero Alicia no le prestaba atención, solo podía fijar su mirada en una foto, una mísera foto que le había golpeado fuertemente. Allí estaba la prueba definitiva de que todo lo que había soñado no existía, que la vida que conocía ya no era la misma, todo era una mentira.
Ella no sabía porque nadie le había dicho la verdad, porque nadie le había corregido en estos meses o porque nadie quería que ella lo descubriese.
Ya no hay vuelta atrás, el mal ya estaba hecho. Dentro de poco podría reunirse con él o ¿no? Porque ya no sabía que era verdad y que no.
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